Ficha ecológica: Eugenia pyriformis


Eugenia piriforme es una planta de la familia Myrtaceae encuentra principalmente en Brasil . Alcanza 20 a 45 pies (6 a 13 metros) de altura y de 1 a 1,5 pies (30-50 centímetros) de diámetro en el tronco. Es una especie nativa de Brasil, que se producen principalmente en los estados de Paraná, Misiones , Rio Grande do Sul , Santa Catarina y Sao Paulo . Puede crecer entre las elevaciones de 1000 a 5000 pies (300 a 1500 metros). Se requiere un suelo bien drenado, preferiblemente ligeramente ácido.

FLORACION

Eugenia pyriformis florece entre los meses de agosto y diciembre, y produce frutos entre septiembre y enero. El uvaia se utiliza en proyectos de reforestación (áreas degradadas, conservación y plantaciones mixtas) y el paisaje (ornamentales y frutales). Es típico de los bosques tropicales densos, bosques semideciduos, de galería y sabanas.

CARACTERÍSTICAS

El uvaia es alta en vitamina C (cerca de cuatro veces más que las naranjas). La carne es muy delicada, con la cáscara muy delgada de un terciopelo de color ligeramente amarillo-oro. El aroma es suave y muy agradable. Un problema importante es que este puré de frutas se oxida y se seca con facilidad, así que no hay mucho que encontrar en los supermercados.
Sus frutos son comestibles y muy apreciados para el consumo en forma de jugo, por lo que se cultiva en los huertos familiares. También están ávidamente consumidos por muchas especies de aves, por lo que es muy recomendable para la reforestación heterogénea utilizada para la restauración de áreas degradadas de preservación permanente.



Utilización del determinismo biológico por el neoliberalismo

Para Pankaj, a pesar del limitado éxito del Estudio de asociación del genoma completo -que no llegan ni a explicar la estatura-, los deterministas biológicos se muestran arrogantes y pretenden que se podrá en un futuro explicar con las bases genéticas de rasgos mal definidos, temporalmente variables y de difícil cuantificación como la inteligencia, la agresividad o las preferencias políticas. Como hay observación considerada científica el determinismo biológico puede parecer plausible -además nadie duda de que los elementos constitutivos más básicos de un organismo están codificados en su material genético y que la evolución ha dado forma a esos genes mediante algún tipo de combinación de variabilidad y selección genéticas- pero querer explicar el comportamiento humano es claramente descabellado. Nigel Goldenfeld y Leo Kadanoff resaltan la importancia de las propiedades emergentes del sistema en su conjunto para su comprensión y la inutilidad de explicaciones de inferior rango -teoría de sistemas-. No puede reducirse las propiedad de un ser vivo a sus genes. En otro campos Engels y Karl Marx sostuvieron la misma opinión en relación con la cantidad y la cualidad, así Marx señaló que a partir de cierto punto, las diferencias meramente cuantitativas pasan a constituir cambios cualitativos.
Actualmente las grandes empresas obtienen grandes beneficios y una pequeña elite acumula enormes cantidades de riqueza y la desigualdad alcanza niveles cercanos a los de denominada Gilded Age. Las contradicciones existentes del capitalismo y del capitalismo neoliberal según Pankaj, se hacen cada vez más evidentes -no hay igualdad de oportunidades, ni mérito, ni derechos democráticos reales-. Aparece entonces el determinismo biológico que ofrece explicaciones científicas para dar cuenta de las contradicciones de civilización creadas por el capitalismo. Si todas las explicaciones se reducen a la genética -lo cual es cierto en algunos aspectos-, entonces ya no tenemos que pensar en razones sociales, económicas, políticas, etc.
Señala Pankaj que el crítico literario Roberto Schwarz ya señaló que el determinismo biológico es una ilusión socialmente necesaria bien fundada en la mera apariencia. Y como, a semejanza del arte y la literatura, la ciencia refleja el proceso social al que debe su existencia. Los científicos heredan los prejuicios de las sociedades en las que viven y trabajan.
Según Pankaj en ningún otro lugar esto resulta más evidente que La encarnación moderna del determinismo biológico, con sus supuestos decididamente neoliberales acerca de los humanos y las sociedades es el cúlmen de ese planteamiento. El abuso de la genética y de la teoría de la evolución -el darwinismo social- han justificado la dominación y la desigualdad; la esclavitud y el colonialismo, las explicaciones científicas de la violación y el patriarcado y las explicaciones genéticas de la superioridad inherente de la elite gobernante. En la era genómica en la que nos encontraríamos habría que vigilar que le genética no justifique los desafueros del neoliberalismo.

Determinismo biológico

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El determinismo biológico, en sociologíafilosofía de la ciencia y biología, describe la creencia de que el comportamiento humano es controlado por los genes de un individuo. El determinismo biológico habría desempeñado un papel negativo en la explicación y creación de conceptos como la raza, el género y la sexualidad.
El determinismo biológico afirmaría que tanto las normas de conducta compartidas como las diferencias sociales y económicas que existen entre los grupos, básicamente diferencias de raza, de clase y de sexo, derivan de ciertas diferencias heredadas innatas, y que en este sentido, la sociedad constituye un reflejo fiel de la biología.
El determinismo biológico se plantea hoy en términos de determinismo genético, un conjunto de teorías que defienden la posibilidad de dar respuestas últimas al comportamiento de los seres vivos a partir de su estructura genética. Por lo tanto, la conducta, tanto de los animales como del ser humano, obedece a formas que han sido necesarias para la supervivencia de sus genes, y que se extienden a complejos sistemas sociales adaptados a su más favorable proceso evolutivo.
El consenso científico es que actualmente no hay pruebas para el determinismo biológico estricto en las ciencias biológicas y psicológicas. Los rasgos físicos y comportamientos son fenotipos ya que son el resultado de interacciones complejas entre la biología y el medio ambiente.


Críticas al determinismo biológico

No está en los genes - Lewontin, Rose y Kamin

El determinismo biológico, por el que aboga la sociobiología contemporánea y que hoy Edgar O. Wilson plantea en términos de determinismo genético, es tachado por R.C. LewontinSteven RoseLeon J. Kamin en No está en los genes (1987), como directo sucesor intelectual del Leviatán (1651) de Thomas Hobbes (1588-1679) y de su célebre máxima: “homo homini lupus”, “el hombre es un lobo para el hombre”, quien anteponiendo los intereses individuales a los colectivos contribuyó en gran medida al establecimiento de las bases de la sociedad burguesa, sustentadas en la competitividad, el egocentrismo, la desconfianza y la depredación humana; hechos naturales e inevitables para Hobbes, puesto que según él la estructura biológica del hombre así lo determina.

Determinismo biológico y neoliberalismo

Para Pankaj Mehta, profesor de la Universidad de Boston, la historia está plagada de ejemplos aterradores acerca del abuso de la teoría de la evolución para justificar la dominación y la desigualdad y con el neoliberalismo económico y social estaríamos viviendo una nueva época de auge del determinismo biológico, del determinismo genético y del darwinismo social. Para este autor la relación entre genética y determinismo es antigua y, por ejemplo uno de los institutos de investigación genética más imporantes, cuyo origen fue eugenésico, es el Cold Spring Harbor Laboratory. Estaríamos viviendo el principio de la era genómica unido a una nueva Gilded Age en la que una pequenísima élite global (no más del 1% frente al 99% restante) tiene el poder y la riqueza para dominar el mundo, que, aunque no precisa justificación, alude, a presupuestos deterministas genéticos. El concepto de heredabilidad es útil pero es una abstracción que depende por completo de los modelos estadísticos utilizados en su definición -con las premisas y prejuicios subyacentes.

El ''Vitalismo''

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El término vitalismo consta por un lado de la doctrina filosófica que postularía que los organismos vivos se caracterizan por poseer una fuerza o impulso vital que los diferencia de forma fundamental de las cosas inanimadas. Tradicionalmente se describe como una fuerza inmaterial específica, distinta de la energía estudiada por la física y otro tipo de ciencias que, actuando sobre la materia organizada, daría como resultado la vida y sin la que sería imposible su existencia. Este fundamento físico en su sentido más puro se encuentra actualmente rechazado... no obstante, también encuentra base en fundamentos antropocéntricas o racionalistas, entre otros.
Asimismo, dicho término puede referirse a lo que Scott Lash y otros autores llaman "defensa de la vida". Así, sería usado por movimientos tales como el animalismo, el antiabortismo el antimilitarismo, el ecologismo, el pacifismo o el vegetarianismo pero también por estudiosos de la obra de pensadores como Friedrich Nietzsche o José Ortega y Gasset. Los planteamientos orientales de esta segunda definición vendrían de la mano del maestro jaina Mahāvīra en el Oriente, quien combinó el ascetismo de Pārśvanātha con las enseñanzas de los naturalistas "ājīvikas", término que, en sánscrito, significa "vivientes".